12.16.2009

Caña de Azúcar cerró el San Fernando Joven 2009


El calorcito primaveral invito a reunirse en el Centro Deportivo y Cultural (CEDEC) Nº 1 de la localidad de Virreyes en San Fernando para disfrutar una vez más de lo que se convirtió en una tradición de fin de año.

El “Sánfer” Joven presentó una muestra de la cultura de esta localidad. La misma definida sin mayúsculas, que busca integrar a los jóvenes y sobre todo escuchar y/o ver sus visiones del mundo.
Allí se pudo apreciar las exposiciones fotográficas, audiovisuales y literarias de los talleres municipales; la intervención creativa/ participativa del grupo “Las Mariadax” vinculada a los trabajadores de construcción, que permitió que chicos y grandes rearmen un rompecabezas gigante y acolchonado; los pasitos y trajes característicos de la murga y de los que bailaron tango, hip hop, regueton y el baile del sable; las proezas en skate del campeón nacional de la disciplina; y los graffitis hechos en vivo sobre una lona en la puerta del CEDEC. Una organización que posibilitó que diferentes tribus urbanas compartieran su condición de espectadores en paz, solo manchada por una pequeña discusión que termino en riña, pero que no pasó a mayores pese a la intervención poco afortunada de unos de los “custodios del orden” del lugar.
Sobre los escenarios (uno en el gimnasio cubierto y otro en la cancha de fútbol al aire libre) Cecilia "la Chechu" Cavallo y Tony fueron presentando a la veintena de bandas locales de estilos tan diversos que van desde el punk rock hasta el reggae pasando por el más meloso rock nacional. Llegando a la noche el cierre del festival estuvo a cargo de Caña de Azúcar y Suburbio Rock.
El Show de Caña fue tan solo interrumpido por los cantos de algunos impacientes seguidores “suburbianos”. Hecho que rápidamente fue amortizado por la voz de Nicolás Davico que recordaba el origen de su música: "la onda del barrio, la onda mestiza que busca integrar, porque es para todos". La presentación no ahorro energía para los mejores saltitos de arenga, despeinadas y pataleadas de los “Cañalocos” y hasta del Gato de Pelagatos, que se contoneaba sensualmente arriba del escenario. La alegría y las ganas de fiesta que transmiten los chicos de Caña en vivo invita a moverse hasta al más reacio de los rollingas presentes en el “campo vip”. Claro, es que la música contagia y por supuesto estimula la unión. Porque cuando hay fiesta hasta el tío más formal sale a la pista con la corbata en la cabeza.

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